No es la primera vez que a Google le rodea la polémica por su política de privacidad con sus clientes. La última plataforma presentada por la empresa, My Activity, es un servicio que almacena toda la información proporcionada por el usuario mediante sus búsquedas.
Todo el contenido y los usos que el cliente haga de Google y sus plataformas (como por ejemplo, YouTube), quedan registradas en My Activity. Este sistema proporciona información personalizada a la empresa de las búsquedas y las preferencias del usuario, actuando como una increíble fuente de datos para la compañía.
Mediante esta herramienta, Google puede segmentar su publicidad a terceros y ofrecer un mejor servicio al usuario, ya que se adapta a sus gustos e intereses.
Al entrar en la plataforma, el cliente puede escoger qué contenido almacenado quiere que sea visible. Es el propio cliente quien activa el servicio, aunque esto no significa que si no se activa, Google deja de almacenar estos datos.
El servicio es una forma que tiene el usuario de poder hacer visibles, de forma anónima y personal, los contenidos que la compañía almacena de su uso en las diferentes plataformas. Si no activamos My Activity, Google continuará registrando estos datos, la única diferencia es que el cliente no podrá ver qué contenido exacto se almacena de su uso individual.
My Activity abre la puerta a los clientes de la compañía a poder descubrir qué datos de su actividad están siendo registrados.
La enorme cantidad de información que Google maneja sobre sus clientes es una de las claves de su éxito, ya que le permite ofrecer un servicio más focalizado y rápido en función de lo que la demanda realmente busca. De esta forma, la compañía consigue diferenciarse de sus competidores.
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