Samsung quiere llevarse todos los aplausos este curso. Se ha puesto guapo para celebrar los diez años de la llegada de su galáctica familia. Y va a tirar la casa por la ventana. Eso seguro. No quiere distracciones, ni fallos, ni momentos para la incertidumbre. Y más después de venir de un periodo en el que sus últimos modelos han tenido una fría acogida en el mercado. Arrastrado, por supuesto, por la desaceleración de la economía china, pero que anticipa a profundos cambios en el sector.
Todo está preparado para que el día 20 de febrero muestre al mundo su nuevo juguete, el Galaxy S10. Una semana antes de la feria Mobile World Congress de Barcelona. Un lanzamiento esperado con impaciencia por el sector porque coindirá, además, con el año del móvil flexible por el que firmas como Xiaomi, Huawei o, incluso, Apple, aspira a asombrar a los consumidores. Pero el gigante surcoreano juega en las grandes ligas, en las primeras divisiones. Su táctica va a ser adelantar las líneas, reforzar las defensas y asestar duros golpes a sus rivales con cuatro modelos diferenciados en principio por tamaño pero también por prestaciones.
Aunque todo forma parte de la bola de cristal que se extrae de la más estricta rumorología, los usuarios ya se pueden hacer una idea de cómo pueden ser los nuevos teléfonos inteligentes. Las filtraciones, posiblemente controladas por la propia marca para generar expectación, describen un modelo bautizado como Samsung Galaxy S10+ o Galaxy S10 Plus que contará con cinco cámaras (de 13, 16 y 16 megapíxeles), es decir, una triple cámara tarsera y una doble lente en la parte frontal, que según los primeros diseños romperá con una sincronía al estar desplazada hacia la parte superior derecha.
Una ubicación algo controvertida pero que, como una de sus principales aportaciones, se integrará aún más dentro de la pantalla en una especie de «agujero» dentro de esa superficie táctil y que permitirá que apenas tenga marcos. De diseños más livianos y ligeros que sus antecesores, todo apunta a que la firma volverá a incorporar un panel con los laterales ligeramente curvados. Un concepto algo manido pero que sigue aportando belleza y personalidad. En cuanto a sus dimensiones, lo más probable es que presente una diagonal de 6.4 pulgadas de tipo Super Amoled capaz de generar una resolución de 2.960 x 1.440 píxeles, con una densidad de 511 puntos por pulgada.
Tampoco hay certezas acerca de su rendimiento técnico, pero atendiendo a las filtraciones se espera que el Galaxy S10 Plus incorpore un microprocesador Exynos 9820 -solo para el mercado europeo- impulsado por 6 GB de memoria RAM. Unos guarismos impresionantes que, teóricamente, le deben conferir una potencia muy alta. Hay, en cambio, informes de analistas que incluso dan más datos; 12 GB de memoria RAM, aunque puede tratarse de exageraciones.
De espacio tampoco vendrá escaso. Más bien al contrario. Samsung va a lo grande, permitiendo hasta 1 TB, aunque con ciertas concesiones -a través de microSD-. Un «smartphone» de tales características debería también tener una autonomía muy duradera, con lo que se ha previsto añadir una batería de hasta 4.000 mAh. Lo que se da por hecho es que, además de conservar la clavija para auriculares minijack de 3,5 milímetros -que otros fabricantes han dicho adiós-, contará con un puerto de carga USB-C. Todavía no se ha confirmado pero es posible que este terminal de Samsung soporte las nuevas redes de telefonía móvil de quinta generación, las llamadas 5G, puesto que este año se empezarán a desplegar.
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